El poder entre ventanas.

Como los ojos son las ventanas al alma, así las almas se ven a través de una ventanas que aun apartando a dos seres por una calle parecen estar una al lado de la otra por lo cercano que con solo estirar las manos podrían tocarse y acariciarse el corazón.Porque al igual que una ventana da luz a una habitación, dos ventanas una junto a la otra permiten que dos seres se den mutuamente luz y calor, calor tibio, suave, como la luz que entra por los cristales, calentando poco a poco, con calma, paciencia, eliminando el frío del interior por fuerte que sea la ventisca que sucede fuera, gradualmente, con paciencia hasta hacer que resulte agradable la temperatura y el frío de los huesos acabe saliendo.Una ventana que deja de ser simple hueco en una pared y se convierte sin saberlo en una ilusión a través de la cual mirar y contemplar la ventana desde la cual es una observada y poder observar y desprenderse poco a poco del miedo a mirar más allá de las cuatro paredes en que se habita, o se vive sin más, saber que no se esta sola en el mundo y hay vida más allá de las paredes que enclaustran a través de una simple ventana y lo que desde otra viene y deja ver; vida, amistad, cariño, afecto, sinceridad, un algo más allá de simples tinieblas y frío y hacer desear en ocasiones que ambas ventanas no fueran más que puertas en un puente imaginario que uniera a ambas, pensar que podría tenderse ese puente.Llegar a creer que otro mundo es posible y que una palabra amable no es sinónimo de lisonja interesada porque ves que la habitación que muestra esa ventana es limpia, ordenada, perfumada con el aroma de la paciencia y el cariño, impregnando el ambiente de tal manera que ese perfume corre llevado por la corriente de una a otra habitación a través de esas ventanas. Llenarse los pulmones de su aroma y respirar su paz, su ternura, su cariño y desear soñar con poseerlo, no solo sentirlo. Pensamientos de intentar llegar a la fuente y no contentarse con solo sentirse acariciada por su fragancia, aunque el tener que cruzar la calle para llegar al otro edificio aun siga echando hacia atrás.Volver a hacer gritar, cantar, quejarse, susurrar unas cuerdas de guitarra diciendo lo que las palabras no pueden, sentimientos no pueden expresarse con palabras, solo sentirse. Dejar de sentirse como perro huérfano de caricias y que por fin pudiera ser que haya encontrado un hogar, y sobre todo su sitio, dejando que el sonido sirva de unión entre ambas ventanas y llene de color de ritmo la habitación a través de esta y con ello sus sueños de felicidad.Hacer pensar que tras la ventana no hay simple aire y la calle. Hay otra ventana que por su forma más parece puerta a otro plano, los puentes tardan en construirse, los cimientos hablan de su fortaleza y la manera en que han sido construidos, dos simples hilos entre dos ventanas pueden parecer poco, pero a partir de ellos se puede tejer un puente que una a ambas, puede que su consistencia no sea tan fuerte como para vencer el miedo de atravesarlo entre ambas sorteando el vacío que hay entre ellas, pero con el tiempo y el entretejido de más cuerdas que lo fortalezcan, la fragancia de una amistad sincera y cariñosa y el sonido de una felicidad ofrecida quien no apostaría que un día pudiera cruzarse, puede que sea temprano para ello pues aun persiste el miedo al vacío, pero quien sabe si ese vacío es solo creación de los propios miedos, dejemos que la luz que sale de una ventana llegue hasta la otra hasta conseguir disipar esas tinieblas y quizás entonces ni tan siquiera el puente sera necesario, solo dos ventanas que no eran tales, sino puertas con un umbral un poco alto. Que el tiempo sea juez y testigo, pero sea lo que sea siga creciendo esa amistad dulce y pausada, tranquila y paciente impidiendo que el frío del ambiente y la oscuridad de un pasado sigan llenando una habitación que busca su luz y su calor.